El tratamiento diferenciado de un mismo elemento estructura la planta y el volumen de Ca la Pilar y Ca la Cristina: el patio.
A pesar de tratarse en los dos casos de patios de dimensiones bastante reducidas, la estrategia utilizada responde a modelos suficientemente conocidos.
EL PATIO MEDITERRÁNEO
La planta de Ca la Cristina es casi cuadrada (14×12,25m). Al tener que ser accesible en silla de ruedas, había que poner todo el programa en planta baja. Esto quería decir que una de las crujías lo ocuparía prácticamente el garaje, negando la posibilidad de que la vivienda pudiera disfrutar de ventilación cruzada. Además, sería complicado hacer llegar la luz natural a la parte central de la casa.
Por estas razones, desde el planteamiento inicial se estructuró la planta de la vivienda alrededor de un patio central, a cielo abierto, que, a pesar de las ajustadas dimensiones que podía adoptar, evocara los patios de la tradición mediterránea. Quizás un patio con agua y hierbas aromáticas, que refrescara la casa durante las fuertes temperaturas del verano, invadiendo con la luz y el aroma los rincones más privados de la casa.
Cristina nos había pedido una lámina de agua en algún rincón del jardín, y la posibilidad de incorporarlo en el interior nos hizo pensar en el pequeño patio de La Ricarda (Casa Gomis, 1949-1962) proyectada por Antoni Bonet Castellana.
El patio así es el centro de la casa en todos los sentidos. Es como una estufa que distribuye el calor y el aire. En ella siempre ha de haber un rincón al sol, siempre uno a la sombra. Por sus paredes se ve girar la luz del día y entra la noche con su misterio. (M. Zambrano)
Pero en este caso el patio no es una habitación más a cielo abierto, sino que hace la función de claustro: da vida a la circulación perimetral y a los aposentos que se abren a él.
La altura de la crujía que contiene el patio y los servicios es más baja que las otras dos. Recuperamos las palabras de Josep Lluís Sert, hablando de su casa patio en Cambridge, para explicarlo:
«La altura de las habitaciones se mantiene lo más baja posible para que el sol pueda penetrar por los patios incluso en invierno cuando está más bajo (…) los patios están íntimamente relacionados con las habitaciones que se abren a ellos, de manera que las prolonguen visualmente y en la práctica.»
LA VIVIENDA BINUCLEAR
El solar de Ca la Pilar es largo y estrecho, y en la planta resultante se acentúa esta proporción. Era necesario emplear recursos que dieran amplitud al espacio interior.
Después de un primer intento de incorporar pequeños patios a ambos lados, que aportaran luz al interior y visuales hacia el exterior, y ante la necesidad de incrementar la superficie útil de la planta, nos decantamos por la disposición de un único patio, en el punto de acceso a la vivienda. Este patio divide la planta en dos partes más proporcionadas. Cómo es lógico, la división se hace segregando la zona de día, es decir, los aposentos más públicos, de la zona de noche, el ámbito más privado de la casa.
Este patio abierto, que articula la vivienda en dos núcleos conectados por el vestíbulo, tiene una referencia en la casa binuclear de Marcel Breuer, otro referente. En un texto del arquitecto Carles Martí sobre este concepto, podemos leer:
«El desglose del volumen en dos partes crea una brecha a través de la cual el espacio exterior penetra en la casa y la atraviesa virtualmente. Pero, al mismo tiempo, ese espacio intermedio que se genera entre ambos núcleos, al quedar parcialmente englobado por la construcción, está en disposición de convertirse en un patio semiabierto.»
El patio de acceso de la casa Clark es un buen ejemplo: la casa se pliega en un pequeño espacio doméstico, acotado, sin dejar de abrirse y mirar hacia su entorno más cercano…
Podéis consultar las fuentes utilizadas en este texto: