Al ponernos a trabajar en el proyecto de Can Tomeu, una de las prioridades era aplicar criterios de eficiencia energética, no solamente en cuanto al funcionamiento de la casa, si no también el todas las fases del proyecto. En este sentido, una de las decisiones más importantes fue la de hacer una casa de madera.
En UDEU trabajamos a menudo con madera, así que no era novedad. Además ya teníamos experiencia con el sistema de paneles de madera contra laminada (CLT) que es el que estábamos valorando. Sin embargo, no fue una decisión inmediata: junto con los clientes analizamos los pros y los contras de este material en comparación con la construcción tradicional.
A pesar de ser un material propio de la construcción tradicional, la madera ofrece nuevas aplicaciones. Sistemas constructivos muy consolidados en el norte de Europa se van incorporando poco a poco a nuestra industria. Por un lado, los paneles CLT encajaban con nuestra idea de construcción eficiente, por ser un sistema preindustrializado que trabaja con un material sostenible. Por otro lado, las dudas que genera el desconocimiento del sistema y el incremento de precio que supone el hecho que la oferta todavía sea limitada, hicieron que hubiera ciertas reticencias.
Pero los clientes estaban bastante animados con la madera contralaminada, y con todas las ventajas que supone la construcción en seco: precisión en el diseño y en la producción, control económico, reducción de los tiempos de puesta en obra y fidelidad del resultado con el proyecto.
El tipo de estructura que se utilizará se tiene que tener claro desde la fase inicial del proyecto, para que la geometría y la volumetría de la construcción sean consecuentes con el sistema escogido. En este caso volvimos a trabajar conjuntamente con Egoin, una de las pocas empresas que produce CLT en el estado español.
Los paneles de CLT se fabrican a partir de láminas de madera encoladas cono la dirección de las vetas giradas a 90 grados alternativamente, cono tal de aumentar su resistencia y hacerlos más homogéneos. El producto que salo de la fábrica se un elemento bidimensional que tiene la dimensión, la forma y las oberturas según el diseño del proyecto, y que resuelve tanto las partes de cerramiento y soporte vertical (muros y fachadas) como los horizontales (forjados y cubiertas).
Los planos parecen sacados de un catálogo de Ikea, los paneles están numerados y llegan a la obra ordenados según el proceso de montaje, de esta forma la puesta en obra se convierte en un trabajo en seco relativamente rápido, pero muy preciso.