21/12/2012

upper lawn

A principios de los años 60 Alison y Peter Smithson, una joven pareja de arquitectos británicos, se construyeron una casita de campo para pasar los fines de semana con sus hijos.

Durante los años que la habitaron, Alison escribió un diario sobre sus estancias en Upper Lawn:

1966. 1. 29-31. Media luna; nubes altas, tormentosas, la noche del sábado; empiezan las campanillas blancas. Escaleras de cuerda colgadas en las hayas.

1969. 2. 14-17. La tierra está dura, pero no hay nieve. Campanillas blancas pueden verse desde el cuarto de baño, a lo largo de toda la curva de la vieja pared, bajo las cañas de las grosellas.

1970. 2. 13-17. Nieve. En la mañana, todas las ventanas con diseños de Jack Frost. El sol muy caluroso, nieve en la terraza, derretida, también a lo largo y bajo la pared exterior del cuarto de baño, revelando campanillas blancas. Petirrojo muy hermoso, Viento frío. Tiempo de sorbetes, así que a la hora de comer y cenar, los jarros grandes llenados con el más limpio polvo de nieve.

1973. 1. 12-14. La casita del campo húmeda al llegar. El rosal levantado del ciruelo y atado al poste de electricidad.

1975. 2. 1-2. Cieno en el interior de la tapadera acrílica del pozo. No hay señales del petirrojo, un invierno sin él; extraño no tener ninguna sustitución en el verano (el nido abandonado en uno de los cipreses del rincón), como si el viejo, últimamente, no hubiera hecho su nido, sino que mantuvo a los otros fuera de su territorio hasta que murió.
…

Con el mismo rigor que describe el lugar, lo interpretaron para construir un refugio donde disfrutar de este entorno:

“La casa se halla situada en un paisaje inglés del siglo XVIII con la deliberada intención de disfrutar de sus placeres y su historia y de someterse a sus estaciones, admitiendo la melancolía que la quietud y dichos cambios estacionales pueden entrañar.”

Compraron un terreno que había formado parte de una antigua granja, rodeado por un muro de piedra, con un pequeño cottage (casa rural inglesa) construido contra ese muro.

Derribaron las partes más afectadas, pero conservaron algunos elementos como el muro, las ventanas que se abrían en éste y la chimenea.

La nueva construcción, una cajita de vidrio que se abría al jardín, estaba construida con el sistema del ballon frame, un entramado ligero de listones de madera que funcionan como un conjunto de pequeñas vigas y pilares unidos entre sí.

Se trataba pues de un pequeño refugio donde experimentar con materiales y sistemas nuevos, y donde ensayar nuevas maneras de habitar. Los cerramientos de la planta baja se abrían al patio siempre que el clima lo permitía, creando un espacio interior-exterior, sin usos predeterminados.

En la planta primera no había divisiones ni muebles: sólo colchones y almohadas. La fachada, toda de vidrio y sin ninguna protección, debía captar el sol de invierno, y lo hacía; pero en verano se convertía en un horno… ¡De todo se aprende!

“El pabellón se diseñó con idea de que fuese un artificio cuyas pautas de ocupación pudieran modificarse… un engaste de estancias y de espacios pequeños de jardín capaz de sintonizar con las estaciones, con los cambios de modelo de uso familiar, con las variaciones de la sensibilidad personal.”

Para situaros os diremos que los Smithson iniciaron su actividad profesional en un momento en que se empezaba a revisar aquello que fue llamado Movimiento Moderno. Durante un largo periodo de tiempo se había roto con el pasado (reciente) de la arquitectura y con los sistemas constructivos tradicionales. Ahora era el momento de reconciliarse con esa tradición y de recuperar la importancia que tiene el lugar a la hora de proyectar un edificio (¡es sorprendente lo vigentes que son estos propósitos!).